La presente investigación tiene como objetivo conocer la historia del tango en la ciudad de Río cuarto. Resultado fundamental, para nutrir nuestro conocimiento, para brindar lo que sabemos, para honrar la memoria de los que no están y fueron importantes en la historia local.

Rio Cuarto fue y será un centro cultural importante, por la ubicación estratégica que ha permitido crear una mixtura idiosincrática única y particular. A través de los años se ha registrado muy poco sobre la historia del tango local. Pocos antecedentes bibliográficos permiten fundamentar esta investigación. Existe su una vasta bibliografía sobre la historia riocuartense en general, pero casi nada enfocada en la temática propuesta aquí.

Los datos son obtenidos mediante revisión de documentos históricos y entrevistas con los protagonistas.

Agradecemos a los entrevistados por la paciencia y la predisposición a la nostalgia y al Archivo Histórico Municipal, quienes eficientemente trabajan cada día por nuestra historia.

Creemos en la cita bibliográfica y en la transparencia de los datos. Cualquier error en ellos por favor comunicarse: pry20032004@hotmail.com y si se utiliza esta información referenciar por favor.

martes, 17 de enero de 2012

Gardel en Río Cuarto

Rio cuarto, Sábado 14 de Mayo 1960 Carlos Gardel en Río Cuarto Por Leopoldo Reyes A comienzos de la primera guerra mundial, solía visitar nuestra ciudad, un viajante de casimires ingleses, de nombre Lorenzo Roca, oriundo de Buenos Aires y muy amigo de Gardel. En febrero de 1915, en uno de los viajes que realizaba por razones de trabajo, llego acompañado de Gardel y de su compañero Razzano a quienes traía el propósito de presentarse en nuestra ciudad. Roca de inmediato se puso en campaña, entrevistando a los dos empresarios que existían en Río Cuarto y consiguió por dos noches el cine-teatro y Confitería El Plata, que funcionaba donde actualmente se encuentra la casa Pinto y el Cine Plaza. Allí no se cobraba entrada y con la consumición se gozaba del privilegio de presenciar el espectáculo. El dúo por cierto no era muy conocido, pues debe tenerse en cuenta que por aquellos tiempos la radiofonía estaba en pañales. El morocho del Abasto y El Oriental, como los denominaban sus admiradores porteños, actuaron con regular éxito, pero el público que concurrió fue atraído más por la película que por ellos. En esa función proyectaron en la pantalla “Sombras de la noche”, drama interpretado por Charles Ray y Dorothy Dalton, pareja de gran predilección multitudinaria del cine del mudo. A solicitud de algunos amigos de Roca, se organizo, una actuaci{on en privado, a la cual se dieron cita seleccionadas personas que intepretaban la filosofía del tango. La fieta se llevo a cabo en los altos, de un solar que se encontraba donde esta la casa Arteta. Allí estaba instalada una banca de “monte con puerta”, cuyo banquero era un tal Paulino Goyeneche, aristócrata venido a menos que tenia de socio a un señor Calderón, que atendía las mesas de “guitarrita”, juego también incorporado en el estatuto de la “Timba”. Este señor parece que era el capitalista. Gradel y Razzano deleitaron a los espectadores con sus canciones y al finalizar fueron invitados a “un fin de fiesta” por un señor Arturo Cesar, funcionario del Palacio de Justicia. La reunión se llevo a cabo el, el bar Paris, propiedad de los señores Castañón y Vaquero, que permanecía abierto dia y noche. Allí entre sus instalaciones, se encontraba un viejo piano. El local de dicho bar estaba en la calle Sobremonte al 650. La fiesta duro hasta el amanecer. En síntesis los integrantes del dúo percibieron por su actuación en total la suma de $350, lo cual satisfizo sus pretensiones. No debemos olvidar de que por esos tiempos el pasaje a Buenos Aires el en Ferrocarril no alcanzaba a costar 15 pesos moneda nacional, y que el mejor hotel de la ciudad cobraba cinco pesos por día, incluido comida y desayuno. Gentileza Archivo Histórico Municipal de la ciudad de Río cuarto Transcripción digital Primitiva Villarreal

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